En este negocio no hay de que ‘a ver si me acuerdo’. El que quiere resultados mete los tratamientos en un calendario regular. Eso es disciplina, y la disciplina paga: reduces formas crónicas, evitas que la enfermedad se haga vicio en el corral y mejoras el rendimiento hasta en un diez por ciento. Ese diez por ciento es dinero real, no cuentos. El que se organiza, gana… el que se confía, pierde kilos y billetes.
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