En la década de los 70, Texas tuvo un brote controlado de gusano barrenador. Se realizó un estudio sobre su impacto económico en 2016, no se consideró el aumento en el inventario de animales desde entonces, dado que, el tamaño del hato y los corrales de engorda son mucho mayores.
El impacto económico actual de ese mismo brote en Texas, considerando solo la inflación, representaría una pérdida de aproximadamente $1.4 mil millones de dólares.
Desde este espacio insistimos que es una problemática que se debe atender con todos los recursos del estado mexicano para proteger a todos los colegas ganaderos para mitigar las pérdidas y fortalecer el sector ganadero. Seamos serios ante la situación.
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