RESIDUOS
GANADEROS Y BIOGÁS: UN PROBLEMA Y UNA SOLUCIÓN RENTABLE.
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Leodegario López
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Las
explotaciones ganaderas o agrícolas de carácter industrial tienen un problema
asociado a la producción: la gestión de los residuos. Suele ocurrir que, como
pasa por ejemplo con las explotaciones porcinas intensivas, la generación
de residuos y su elevada concentración se convierten en un problema
medioambiental y logístico de primer orden, y cuya gestión, en caso de
ser deficiente, puede reducir considerablemente los beneficios de la
explotación.
La
cantidad y tipología de residuos de estas industrias dependen del tipo de
explotación y de los protocolos de funcionamiento de éstas, por eso se puede
encontrar desde residuos líquidos de baja concentración
y elevado volumen, como purines de cerdo estabulados, hasta sólidos de baja
humedad de ganado de engorde o de residuos vegetales, más propios de la industrial agrícola.
Tradicionalmente
se han empleado a modo de fertilizante, pero la elevada cantidad producida y su
alta concentración de materia orgánica y de nutrientes obligan a disponer de
mayor cantidad de terreno para verter, a lo que hay que añadir unos mayores
costes de transporte y vertido. Si a estos se añade una coyuntura política más
restrictiva por los dueños de los terrenos en materia de fertilizantes,
problemas sociales o una mayor presión administrativa por la legislación
ambiental; el problema de su gestión puede ser considerablemente más
complejo.
De
entre las diferentes soluciones que se han desarrollado para estos problemas,
la producción de biogás ha demostrado ser la mejor de todas desde un punto de
vista ambiental, tecnológico y económico. La producción
de biogás, desarrollada mediante un proyecto óptimo, puede convertir la gestión
de los residuos en un negocio tan rentable o más que la propia explotación que
los produce.
El
biogás está compuesto mayoritariamente por el metano, un gas combustible.
Aproximadamente, un m3 de metano puede producir unos 10kWh de energía. El
biogás se produce mediante un proceso biológico natural que se desarrolla
mediante diferentes reacciones bioquímicas cuyo objeto es degradar la materia
orgánica, de tal manera que las bacterias descomponen compuestos como azúcares
hasta biogás. Este proceso ocurre espontáneamente en la naturaleza siempre que
se den las condiciones adecuadas, como ocurre, por ejemplo, en las fosas de
almacenamiento de purines, aunque con muy baja eficiencia. De tal manera que una planta de biogás no es más que un
lugar donde se mantienen esas condiciones y donde se optimiza el proceso
natural.
En
la actualidad hay un gran abanico de tecnologías disponibles en el mercado.
Dependiendo del tipo de residuo y de la concepción y enfoque del proyecto u
otros parámetros, la tecnología óptima puede variar. Desde plantas
tradicionales de una etapa hasta plantas de hidrólisis separada, pasando por
tecnologías de flujo ascendente o secuenciales; la selección de la tecnología
correcta es un paso fundamental para el éxito del proyecto.
Los
residuos orgánicos de una explotación industrial o de un consorcio de
productores, se pueden emplear en una planta de biogás. El biogás puede ser
empleado para producir únicamente calor, ó electricidad y calor conjuntamente.
La producción de biogás suele ser suficiente para cubrir las necesidades
energéticas de la planta y de explotaciones cercana, siendo normal la venta de
la electricidad y de gran parte de la energía térmica a terceros. Esta es una
de las principales fuentes de ingreso que permiten rentabilizar la inversión en
la planta, pero no la única. El lodo final residual de la planta de biogás
tiene una composición que lo convierte en un fertilizante mineral de primera calidad. Los residuos cargados a la planta son
transformados en biogás, pero en el medio de reacción, que es un lodo líquido,
quedan los nutrientes y parte de materia orgánica que no se ha transformado en
biogás. La alta concentración de nutrientes, principalmente nitrógeno, fósforo
y potasio y la baja cantidad de materia orgánica hacen de este residuo un
fertilizante orgánico de primer nivel, cuya venta ó utilización suele ser
sencilla. En la actualidad, este biofertilizante se emplea separando su
fracción líquida y sólida. La primera es usada como fuente de nutrientes para
los terrenos de cultivo (NH4+), mientras que la segunda,
debidamente tratada, puede ser transformada en compost de alta calidad o
briquetas de biomasa para producción energética.
Una
planta de biogás puede transformar un coste, como hasta ahora es la gestión de
los residuos, en un negocio rentable. Una planta de biogás conlleva un ahorro
en la gestión previa de los residuos, un ahorro de gastos de calefacción de las
explotaciones, como las salas de parto, que ahora se abastecerán del calor
producido en la planta de biogás; y lleva asociada una fuente de ingresos por
la venta energética (electricidad y calor). Por último punto, pero no de
menor importancia, la producción de biofertilizante, compost o biomasa, puede
aumentar considerablemente la rentabilidad de la inversión generando
nuevas oportunidades de mercado al producir productos que se etiquetan como sostenibles
o sustentables.
En
la actualidad las plantas de biogás son una realidad exitosa. El
costo aproximado se sitúa entre 3000 y 4500 €/kW y el retorno de la inversión
es de aproximadamente 7 años. En Europa existen actualmente más de 8,000 plantas en operación, proyectos rentables
que diversifican la producción energética, que valorizan los residuos y reducen
el impacto ambiental de estos. Es tal su importancia que han reactivado el
sector rural y agrícola Europeo, largamente deprimido y castigado por sus altos
costos de producción y la competencia internacional. Se puede hablar
verídicamente de un nuevo tipo de granjeros convertidos en productores de
energía.
Para
alcanzar la máxima rentabilidad es necesario realizar una buena planificación
del proyecto, disponer de un conocimiento certero de los residuos y sus
cantidades, hacer una correcta selección de la tecnología y alcanzar las
mejores condiciones para el promotor en las negociaciones con los tecnólogos y
fabricantes.
El equipo de BiogasMaxx.
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ResponderEliminaresto es estupido
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