CULTIVOS - Cebolla

Allium cepa
Descripción
La cebolla es una de las verduras más versátiles. Puede comerse cruda en ensalada y como condimento. Cocinada, frita o asada, puede ser el centro de atención en sopas de cebolla o platillos orientales. Deshidratada, se emplea para aromatizar y dar sabor a guisos y estofados. Existen evidencias arqueológicas de que hace miles de años las cebollas ya se cultivaban y aprovechaban. En la Edad Media eran tan apreciadas que funcionaban como medio de pago y se obsequiaban para mostrar aprecio o agradecimiento.
Falso tallo
La planta mide menos de un metro de altura. Se desarrolla a partir de un bulbo carnoso, con hojas envolventes y largas, que puede dar origen a la cebolla blanca, morada o amarilla. El tallo es muy rudimentario y pequeño, ya que alcanza sólo unos cuantos milímetros de longitud. Son el conjunto de hojas de la parte superior las que forman un “falso tallo”. Éstas son de color verde cenizo, tubulares y huecas. El bulbo está formado por hojas modificadas llamadas escamas, cuyo tamaño, diámetro y desarrollo dependen principalmente de las horas de luz del día. Produce un soporte donde se ubican las flores, con forma de pequeñas sombrillas.Es una planta de clima templado, aunque en sus primeras fases de cultivo tolera temperaturas bajo cero. Para la formación y maduración del bulbo requiere temperaturas más altas y días con más luz solar.
Siembra y recolección
La siembra puede hacerse de forma directa o en semillero, para su posterior trasplante. Esta es la forma más empleada. Es importante que el almácigo esté libre de malas hierbas, pues las plantas de cebolla crecen lentamente y tienen muy poco grosor. El traslado a su lugar definitivo se lleva a cabo tres o cuatro meses después. Por cada metro cuadrado de almácigo se obtienen alrededor de mil plantas.La siembra directa generalmente se realiza a voleo, es decir, arrojando la semilla al aire; en ocasiones a chorrillo. La cantidad de semilla que se necesita es muy variable. Hay que dejar entre diez y 15 centímetros de separación entre cada planta y entre treinta y cincuenta centímetros entre cada línea.
Cuando las hojas empiezan a secarse es señal de que la planta ha llegado a su madurez. El bulbo, que es la parte comestible, se arranca del suelo. Si el terreno es ligero se arranca con la mano; en suelos más compactos se utiliza un azadón u otro instrumento. Los bulbos se sacuden, se ponen en el suelo y se van ordenando por tamaño. Se dejan dos o tres días para que se sequen al sol, cuidando de darles vuelta una vez al día. Por lo tanto, lo mejor es cosecharlos en días secos.

Comentarios