El diagnóstico definitivo de Desplazamiento de Abomaso en esta vaca, se realizó mediante el procedimiento de percusión-auscultación del flanco izquierdo del animal donde se registró el "sonido timpánico", signo propio de esta patología en el bovino.
I. Descripción General
Se presenta una vaca holstein, de 2 partos, 20 días de parida, con aproximadamente 600 kilos de peso vivo, con los siguientes signos: inapetencia, baja producción, temperatura normal.
El animal se encuentra deshidratado y aislado del grupo, con los ojos hundidos, no presenta rumia.
Al preguntarle al dueño sobre algún cambio en la alimentación y sobre el manejo del parto, manifestó que la vaca tuvo un parto normal, aparentemente expulsó la placenta sin complicaciones y que la ración de comida fue la de siempre:
<![if !supportLists]>§ <![endif]>Silaje de maíz: 30 kilos
<![if !supportLists]>§ <![endif]>Alfalfa verde: 12 kilos
<![if !supportLists]>§ <![endif]>Concentrado: 13 kilos.
II. Examen Clínico
La vaca presentaba una temperatura de 39ºC, al auscultar el ijar izquierdo no se escuchaban los borboritmos del rumen, es decir no habían movimientos ruminales. A la palpación rectal se detectó una buena involución uterina, no había signos de mastitis y en el recto no se encontraron heces.
Se procedió a realizar la percusión-auscultación del flanco izquierdo del animal, registrándose el "sonido timpánico", signo propio de un cuadro de Desplazamiento de Abomaso, que fue el diagnóstico definitivo.
¿Porqué no se pensó en otra enfermedad?
<![if !supportLists]>1.<![endif]>Porque la relación forraje – concentrado no era la adecuada, siguiendo el cálculo práctico de: 4 kilos de silaje y/o alfalfa representan 1 kilo de materia seca. Es decir se sabía que la proporción de concentrado con respecto del forraje era mayor a 50 %.
<![if !supportLists]>2. <![endif]>La ausencia de heces en el recto.
III. Tratamiento: Corrección Quirúrgica
Limpieza del área a operar (ijar izquierdo) y Anestesia local del área.
Se realiza un corte de aproximadamente 15 cms.
Se ingresa a la cavidad peritoneal. Lo que se ve por delante es el abomaso, al fondo aparece el rumen.
A continuación se hace pasar un hilo entre la capa muscular y la epitelial del abomaso de aproximadamente unos 10 cm. en el borde dorsal del mismo.
Se procede a evacuar todo los gases acumulados en el abomaso, con una aguja grande y una sonda.
Luego los cabos suelto del hilo se sacan por la línea media media ventral a 10 cm. del cartílago del esternón.
Se sutura capa por capa y finaliza el procedimiento.
Se le aplicó un antibiótico de larga acción. El animal comenzó a comer al día siguiente, su evolución fue muy buena. Los puntos de sutura de la herida fueron retirados a los 10 días, y la sutura de fijación o anclaje del rumen fue retirado a los 30 días. No hubo complicaciones posteriores y el animal se recuperó muy bien. Fue dado de alta a los dos meses.
Escrito por: Dr. Julio Gonzáles Monzón. Publicado en: Perulactea.
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