En seis de siete factores, se concentra el 78 por ciento del manejo del “éxito final” en el cultivo del maíz. El séptimo, o sea el 22 por ciento, es el agua. En Estados Unidos se ha hecho esa identificación y nadie desconoce que se trata de la potencia maicera del planeta. ¿Por qué entonces no utilizar parámetros semejantes en la Argentina?
Al interrogante se lo plantearon los técnicos de Aceitera General Deheza y cómo lo respondieron fue el eje de una presentación durante la jornada Más Maíz de Córdoba, que se realizó con la organización de la Bolsa de Cereales de Córdoba y Agroverdad y el apoyo de La Voz del Interior y La Voz del Campo .
El ingeniero Hernán Fernández Reuter, responsable de Agroinsumos de AGD, señaló que “el desafío de la nueva agricultura son los costos; los productores para poder sostenerse en este negocio van a tener que mejorar la productividad. Por eso nos fijamos en un país líder en productividad (Estados Unidos) y cuáles son los factores a los cuales presta mayor atención: tratamos luego de ver si eran los mismos que manejamos en Argentina”.
Enumeró, entonces, siete factores: agua, fertilización, genética, rotación, calidad de siembra, enfermedades, malezas.
“Estamos muy acostumbrados a asociar el rinde con lo que nos llovió –reparó Fernández Reuter– y por supuesto que es importantísimo. Pero no es lo único que nos va a definir el resultado del cultivo: se deben hacer muchas otras cosas que pueden ayudar a que los milímetros recibidos rindan más en granos”.
Ahora, ¿por qué este interés en el maíz por parte de un complejo oleaginoso de la trayectoria y la envergadura de AGD?
Fernández Reuter explica: “Confiamos mucho en la visión de la Fundación Producir Conservando; creemos que se va a llegar a 5,2 millones de hectáreas de maíz en 2020 y que los rindes promedio-país van a aumentar”. La aceitera siembra 200.000 hectáreas en total, 50.000 con maíz. Según el técnico, el productor medio debiera tener la misma visión.
Córdoba, potencia maicera. Con una concurrencia que orilló las 900 personas, en la jornada quedó lanzado un desafío: que la provincia se convierta en una “potencia maicera”. La convocatoria partió de Rubén Bergero, presidente de la Bolsa de Cereales de Córdoba, y del ministro de Agricultura Néstor Scalerandi, quien apuntó a dos millones de hectáreas en 2015.
El programa procuró dejar trazados lineamientos y la revisión de estrategias. Fernando García, técnico de los Crea Región Córdoba Norte, sentenció: “El modelo de negocio agricultura en campos alquilados está en crisis”. Un punto sobre el que se extienden las coincidencias.
Analizó costos y márgenes, que siguen favoreciendo al maíz en comparación con la soja. Pero en un uno u otro cultivo, la mitad de los costos se los lleva el alquiler. García evaluó tres escenarios, según la modalidad de pago del alquiler. Con alquiler fijo –o sea, todo pagado contante y sonante–, el rinde de indiferencia en soja se ubica en 28 quintales; a porcentaje, baja a 23; y en una combinación de fijo más porcentaje, con pagos a cosecha, queda en 20 quintales. En ese esquema de campos alquilados, para salvarse con soja y salir con números ligeramente positivos hacen falta 31 quintales. En el maíz, con 74 quintales, ya se está en zona “azul”. A precios del grano de hace una semana.
A su turno, Roberto De Rossi, de la Universidad Católica de Córdoba, propuso contar con una estrategia de manejo de enfermedades en base a elección de híbridos, lote y rotación, sanidad de la semilla, fungicidas en semillas, hospedantes secundarios, monitoreo continuo, decisión de control y seleccionar qué fungicidas foliares conviene utilizar. También, estar atento a las condiciones climáticas.
Novedades comerciales en la Jornada Más Maíz de Córdoba
Dow AgroSciences. Hizo una presentación de PowerCore, único maíz con cinco eventos apilados (dos otorgan tolerancia a herbicidas y tres con actividad insecticida). Atravesó su primera campaña comercial “muy satisfactoriamente”, dijo Rodrigo Badaró.
La Tijereta. Promocionó sus híbridos, entre ellos el BT Triple Pro, con protección contra insectos, y relanzó para la campaña 2013/2014 el Seguro de Maíz, “de efectiva aplicación”, destacó Federico Poffo.
Syngenta. Puso el acento en Viptera, triple evento apilado con tolerancia a herbicidas y control de insectos. Javier Martínez dijo que para cogollero necesita entre tres y 20 veces menos de proteína para lograr el mismo nivel de control que otros materiales. Además, “es el único evento con control total” de heliothis.
Dupont. Diego López informó sobre la utilización en maíz de Coragen, insecticida estrella de la compañía, y definió al “Challenger pack” como “una gran solución” para el Sorgo de Alepo.
Pioneer. Hizo hincapié en su Explorador de Cultivos. Leonardo Galli y Tomás Sarlangue ilustraron respecto de cómo permite proyectar las siembras en base a 38 años de información climática y establecer el período crítico del cultivo.
ACA. Cristian Rossi puso en vidriera la paleta de maíces “posicionados ya en la punta”, respaldados por redes de ensayos en Córdoba.
KWS. Con su representante, Argensumos, presentó una precampaña con tres beneficios: mapa de productividad, seguro de resiembra y refugio bonificados. También divulgó el fertilizante español Fertium Micro Magnum.
Tratamiento Profesional de Semillas. Gazzoni Cereales, de Monte Cristo, puso en marcha una planta. Con TPS “se vio cómo bajan los kilos por hectárea y que el mejor negocio es no sembrar semilla propia”, apuntó Francisco Rufail.
Stoller Argentina. Remarcó -con testimonios de productores- los resultados que en maíz ha tenido Stimulate, primer bioregulador tri-hormonal lanzado a fines del año pasado.
Summit Agro. Difundió las cualidades de Sempra para combatir el cebollín, en combinación con el glifosato; el fungicida Race y el insecticida Starkle.
Rotam. Compañía de Canadá y Hong Kong, estuvo con sus propuestas en protección de cultivos.
Conci. El concesionario John Deere hizo la primer escala del “PAP Tour”, “un modelo nuevo de promoción que permite ofrecerle al productor un plan único en el mercado”, sintetizó Karina Combet.
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