¿Alguna vez has imaginado que el pollo o las costillas de cerdo prevengan el cáncer? Son alimentos de consumo frecuente, pero carecemos de conocimiento acerca de la salud de los propios animales que ingerimos a diario. El dicho "eres lo que comes" nunca ha tenido mucho sentido, y las investigaciones se profundizan en el control sobre la dieta de los animales de carne y leche. Además de ser de buena calidad y en cantidad suficiente, estos alimentos también deben ayudar a aumentar la esperanza de vida de los consumidores.
Una de las primeras investigadoras en descubrir en el genoma humano información relacionada con el envejecimiento de las células es la profesora de la Universidad de Louisville, Eugenia Wang. La científica cree que la alta esperanza de vida exige que la ciencia y la tecnología desarrollen en conjunto alternativas a las pruebas de prevención y una mejor calidad de vida, como el caso de la actriz Angelina Jolie, quien se quitó sus senos cuando descubrió que tenía una buena probabilidad de contraer cáncer. "Estamos en una era en la que la realidad se aproxima a la magia", afirma.
Y cuidar de la salud humana está directamente relacionado con la salud de los animales. Los investigadores de nutrición y genética buscan disminuir los riesgos de enfermedades en los animales y aumentar su potencial productivo para crear productos alimenticios de mayor calidad.
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